Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

hay tiempo de nacer y tiempo para morir.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Sobrevivientes al suicidio

Ves, pero no miras
Oyes, pero no escuchas
Hablas, pero no dices nada
Morí, eres tú quien no está viviendo…

Si el suicidio te causó conmoción y sorpresa, la elaboración del duelo será doblemente difícil. Tal vez el suicidio es el rechazo más poderosos y hostil que una persona puede infligir en otra. Durante el proceso de duelo es importante, es necesario conciliar todos los asuntos pasados, las tensiones y los problemas que quedaron pendientes en la relación con el suicida. Dado que siempre quedan sin respuestas innumerables preguntas, esta experiencia puede ser muy difícil y dolorosa.

Todas la personas que estuvieron relacionadas con el suicida, se ven obligadas a examinarse a si mismas por su parte, y todas pueden sentir culpabilidad, responsabilidad y autoinculpación. Esto es especialmente doloroso para el cónyuge o los padres del suicida por que la elaboración del duelo sigue el mismo patrón general que en el caso de otras muertes, pero la culpabilidad retrasa la recuperación.

Cuando se sobrevive a un cónyuge
Sentir culpa o ira, cualquiera de las dos nos llevarán a un sinfín de preguntas.

– Durante las primeras semanas puede que te sumerjas en la negación y la represión, pero el reprimir, amortiguar o restringir los pensamientos o sentimientos dolorosos sólo te estanca, en estos momentos es cuando tienes que ser extremadamente amable y tolerante contigo mimos, permite que salgan tus emociones y se expresen; si lo haces, poco a poco se irán y entenderás el derecho que tienes a sobrevivir, sobrevivirás, tendrás una nueva fortaleza y demostrarás el valor que nunca has imaginado

– El funeral es la oportunidad para obtener el apoyo de la familia, amigos y otros que comparten el dolor y la angustia de la muerte, el funeral es un ritual de separación, es el reconocimiento final para la vida y la oportunidad para empezar a despedirte y empezar el resto de tu vida como un sobreviviente.

– Si comienzas con problemas de sueño, falta de atención, bajo nivel de energía, fatiga, disminución de interés en el sexo, ausencia o exceso de apetito, decaimiento o tristeza lo mejor es que acudas con un médico.

– No tomes medicamentos para la depresión si te es posible pasártela sin ellos; al igual que el alcohol y los tranquilizantes, son una muleta.

Cuando se sobrevive a un padre
Los hijos pequeños de una persona que se suicida, se enfrentarán a conflictos muy peculiares. Debido a que sus padres son tan cruciales en sus vidas, les es casi imposible comprender que haya otros factores importantes para sus padres, recuerdan la última discusión y si mientras estaban furiosos desearon la muerte del padre pensarán que son niños malos o indignos de cariño y empezarán a temer sobre el poder sobre la vida y la muerte.

– Es importante que el niño pueda hablar sobre estos incidentes sin que se le recrimine, de esta manera sabrá que no es el responsable de la muerte del padre.

– Muy importante es que se le reiteré al niño que los sentimientos negativos hacia los padres son naturales y que de ninguna manera ocasionan que alguien se suicide, que está es una decisión del suicida y nadie tiene control sobre ella.

– Los niños pueden sentirse abandonados y rechazados por la muerte del padre. Si el niño no está seguro de que se le quiere, estos sentimientos se reforzarán con el suicidio del padre; es adecuado que brindemos tiempo y sobre todo mucha paciencia para reafirmar en el niño sentimiento de valor y merecimiento. En caso necesario será conveniente acudir a un especialista.

– En la adolescencia, cuando el hijo se identificaba con el padre muerto, es probable que tenga fantasías acerca de un supuesto suicidio propio, sobre todo al acercarse a la edad en la que murió el padre. También es factible que se desarrollen fobias estrechamente relacionadas con la muerte del padre, como por ejemplo, pavor a las pistolas, para evitar todo esto es mejor que se acuda a ayuda en el momento preciso. Mientras más tarde la ayuda el proceso de duelo también será mayor.

Cuando se sobrevive a un hijo
Los padres de la persona que se suicida viven con una profunda sensación de fracaso, así como con sentimientos de culpa. Se culpan a sí mismos y mutuamente por la muerte. Esto no ocurre si el hijo es un adulto, pues mayormente se proyecta la culpa hacia otras personas como la esposa o el marido, las demandas del trabajo o la falta de dinero.

– Es importante que a los hijos sobrevivientes no se les estimule a ocupar el lugar del hijo fallecido, obligándolos con esto a cumplir los sueños y las planeaciones que teníamos para el hijo fallecido.

– Hablar con los hijos sobrevivientes y hacerles entender que fue decisión de su hermano cometer suicidio, pues si hay hermanos que admiraban mucho al fallecido comenzarán a creer que el acto del suicidio fue heroico: “se necesita mucho valor para quitarse la vida”, con esto, el proceso de duelo generalmente se convierte en un duelo patológico pues constantemente estarán recordando y glorificando al hermano suicida.

– Hijos y padres sobrevivientes: hablen, lloren juntos y sufran juntos, comparten un sentimiento de pérdida pero no están solos. Cuando ocurre una tragedia es común que las familias se retraigan en sí mismas, o sigan caminos separados en vez de compartir su dolor y darse apoyo mutuo, pero con apoyo y cariño es más fácil librarse de los sentimientos de culpa, fracaso y auto condena.

Durante algún tiempo la sobrevivencia sólo consistirá en un esfuerzo por vivir un día a la vez, algunos días serán mejores que otros. Lenta y gradualmente, pasará el tiempo, y tu herida cicatrizará.

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