Todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo:

hay tiempo de nacer y tiempo para morir.

jueves, 20 de mayo de 2010

Ejercicios para cerrar asuntos inconclusos

A continuación se proponen algunas técnicas que nos pueden ayudar a cerrar ese malestar provocado por algún asunto inconcluso con la persona fallecida. Desde luego señalar primero que no existe una técnica que nos haga olvidar el pasado, ni que pueda cambiar lo que ocurrió, pero tal vez si nos puede ayudar a cambiar la actitud de cómo nos enfrentamos a esos hechos inevitables.

1._ Escribir dos cartas
A veces resulta de gran ayuda escribir estas dos cartas a la persona que ha muerto. Hay que dar salida a todo lo que está dentro de nosotros por muy cruel o irracional que nos parezca.

– Escribiremos en dos hojas el nombre del fallecido, en la primera carta pondremos el encabezado “Te guardo rencor por…” y comienzas a escribir, sin juicios o análisis, todas las circunstancias y hechos por las que le guardas rencor a esa persona, tu pasado se ve en una pantalla y logras encontrar todas esas circunstancias que te hicieron daño, lo fundamental es la total sinceridad. Después de esto, leemos en voz alta todos los motivos por los que le guardamos rencor.

– En la segunda carta pondremos el encabezado “te quiero por…” y de nuevo nuestro pasado vuelve a reproducirse en una pantalla, recordamos las risas, los buenos momentos y lo plasmamos en la hoja de papel. Al terminar leemos la segunda carta, de igual manera.

El ver lo que está en nuestro interior plasmado en un papel puede ser de gran valor, nos ayuda a entender nuestros sentimientos y nuestras acciones, a comprender por qué sentimos dolor pero sobre todo a expresar lo que no se pudo decir.

Una vez escrita las cartas, lo mejor es destruirlas rompiéndolas en mil pedazos o quemándolas.

2._ Visualizar
Puede ser una técnica muy eficaz, sobre todo cuando hay algo pendiente que decir pues en definitiva se trata de imaginar, de ver (visualizar) una situación determinada y darle un enfoque que nos pueda ayudar.

– En primer lugar hay que buscar un lugar cómodo, debemos estár seguro de que no tendremos interrupción alguna, después procedemos a sentarnos o recostarnos boca arriba, con los ojos cerrados. Siente como el aire de tus pulmones sale lentamente, después le detenemos por unos segundos y le dejamos ir lentamente hasta relajarnos completamente.

– Tu respiración es lenta y comienzas a imaginarte con el mayor numero de detalles de la persona que ha muerto, imagina su cara, sus ojos, su pelo, su ropa que lleva, imagina con la mayor precisión que puedas… recuerda su voz.

– Inicia una conversación con esa persona. Da igual como prefieras, hacerlo en la imaginación o en voz alta, lo importante es que te sientas cómodo.

– Este es un buen momento para decirle lo que no pudiste decirle antes, sí quiere responderte algo, déjale hacerlo, espera a que diga todo lo que tiene que decir, recuerda que no hay prisa. Cuando no haya más que decir, permanece inmóvil y en silencio durante algunos minutos, esa persona comienza a alejarse pero está vez sabe lo que antes no pudiste decir.


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Cabodevilla, Iosu. (1999).

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